En este blog podrás encontrar información,vídeos e imágenes que te ayudarán a comprender de una manera más compleja los modelos de atención en niños con discapacidad.
domingo, 3 de marzo de 2019
MODELOS DE ATENCIÓN EN LA EDUCACIÓN ESPECIAL
La educación en los niños con
discapacidad debe entender a procurar algunos elementos culturales y de trabajo
que le ofrezcan la igualdad de oportunidades que puedan necesitar para
facilitar su incorporación, tan plena como posible, a la comunidad. A este
respecto, la educación misma debe ser integrada, integral e integradora.
La educación especial, como
modalidad educativa de partir en las mismas condiciones de obligatoriedad y
gratuidad que la educación general, buscando integración a los grupos de
educación regular, presentado atención a las necesidades individuales y
concretas de cada estudiante.
Tal como su nombre indica, durante la Antigüedad y la
Edad Media, la actitud más común hacia la discapacidad era la prescindencia. Ya
sea por haber recibido un castigo de los dioses o bien por considerarse que las
personas con discapacidad no tenían nada que aportar a la comunidad, se asumía
que sus vidas carecían de sentido y que, por lo tanto, no valía la pena que la
vivieran.
Agustina Palacios puntualiza que este modelo se explica a partir de dos
presupuestos, uno relacionado con la causa de la discapacidad y otro con el rol
del discapacitado en la sociedad. El primero, propone que las
causas que daban origen a la discapacidad eran religiosas, el segundo
presupuesto, identificaba el rol de la persona con su utilidad. Es importante
recalcar que, incluso en el mundo clásico, el trato dado a quienes nacían con
una discapacidad no era igual que el recibido por aquellos que la adquirían
durante la adultez.
A principios del siglo XX, a raíz de la Primera Guerra Mundial y de la
introducción de las primeras legislaciones en torno a la seguridad social, el
concepto de discapacidad asiste a un cambio de paradigma. Los impedimentos
físicos y mentales dejaron de ser considerados castigos divinos y comenzaron a
entenderse como enfermedades que podían recibir tratamientos, por lo que, las
personas aquejadas de alguna dolencia, no necesitaban ser marginadas de la
sociedad.
Este nuevo paradigma se basa en
dos, uno relacionado con las causas de la discapacidad, y el otro con el rol de
la persona en la sociedad: en primer término, las causas de la discapacidad ya
no son religiosas sino científicas y, en segundo lugar, las personas con
discapacidad dejan de ser consideradas inútiles respecto de las necesidades de
la comunidad.
Puntualiza Palacios que el objetivo
del modelo médico es curar a la persona discapacitada, o bien modificar su
conducta con el fin de esconder la diferencia y, de ese modo, incorporarla a la
sociedad.
En esta línea parece inscribirse Palacios, para quien
“el tratamiento impartido a las personas con discapacidad desde este modelo se
basa en una actitud paternalista, producto de una mirada centrada en la
diversidad funcional, que genera subestimación y conlleva a la discriminación”
Nació
en Estados Unidos a finales de los años 60 del siglo pasado, en la Universidad
de Berkeley, California. Se destacó por la lucha de los derechos Civiles, con
la participación de las mismas personas discriminadas, teniendo cambios
radicales desde la moral.
Ed Roberts,
estudiante con discapacidad severa, ingresó a la Universidad Berkeley, abriendo
la posibilidad de participaran más estudiantes con discapacidad.
En consecuencia, se
dedicó a difundir “la idea de la independencia no está dada por la capacidad de
ser autónomo en los quehaceres cotidianos, sino por la de dirigir el destino de
la propia vida”.
Fue así como surgió
un nuevo concepto que intenta cambiar la visión tradicional de la discapacidad,
trasladando el foco de lo individual a lo social.
De este modo, el
modelo social atenúa fuertemente los componentes médicos de la discapacidad y
resalta los sociales.
Francisco Guzmán
afirma que este modelo no consiste más que en un énfasis en las barreras
económicas, medio-ambientales y culturales que encuentran las personas con
diversidad funcional. Desde esta perspectiva, las personas con discapacidad son
discapacitadas como consecuencia de la negación por parte de la sociedad de
acomodar las necesidades individuales y colectivas dentro de la actividad
general que supone la vida económica, social y cultural.
Según Guzmán, pese a
que la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad tiene sus raíces en el modelo social, sus fundamentos éticos están
estrechamente ligados al modelo de la diversidad, que es una evolución del
modelo social. Bajo su punto de vista, la importancia de la aparición de este
submodelo es primordial, pues el modelo de la diversidad propone fundamentos
éticos que trascienden el ámbito de los Derechos Humanos, algo que no ocurre en
el modelo social.
Las personas con
diversidad funcional sean verdaderamente integradas en la sociedad y en el
mundo laboral. Esto pasa por una real comprensión de su dignidad y de su
necesidad de trascendencia.
Este
modelo es identificado desde un punto de vista curricular en relación a las
necesidades educativas especiales; sostiene que el sujeto de atención es aquel
que presenta N.E.E.
El modelo educativo se presenta como un desarrollo
teórico reciente, que concentra su fortaleza en cuatro ideas fue: el término
necesidades educativas especiales, la importancia otorgada al contexto, el
rechazo a los procesos de categorización y el punto de vista curricular.
a) El
término de N.E.E. comienza a utilizarse en 1978 en el Reporte Warnok elaborado
en el Reino Unido, a petición de su Secretario de Educación, en él se
mencionan algunas concepciones generales.
- La educación es un bien al que todos tienen derecho.
- Los fines de la educación son los mismos para todos.
- Las necesidades educativas son comunes a todos los niños.
Es clave el concepto de diversidad, que se refiere a
que cada alumno tiene necesidades educativas individuales para poder aprender y
desarrollarse integralmente como persona, que requieren una respuesta y
atención.
En el
Informe se pone el acento en aquello que la escuela puede hacer para compensar
las dificultades de aprendizaje del alumno, ya que éstas tienen un carácter
interactivo dependiente tanto de las características personales como de la
respuesta educativa y recursos que se les brindan a los alumnos.
b) Posteriormente la
UNESCO adoptó el término a través de la Declaración de Salamanca
(1994) para designar no sólo a los niños con discapacidad sino también los que
tienen problemas en el aula regular de modo temporal o permanente: repetición o
deserción, sin interés por aprender, que viven en pobreza extrema o son
sometidos a maltratos físicos o emocionales.
El concepto
de N.E.E. no remite a una dificultad en particular, sino a los obstáculos
enfrentados tanto por el alumno en su proceso de aprendizaje como a los
enfrentados por el maestro de grupo regular, en el desarrollo de la enseñanza
de los contenidos escolares.
En tal virtud es
comprensible que para el conjunto de los alumnos exista una gama amplia de
recursos didácticos pedagógicos y entender que habrá alumnos que requieran una
serie de recursos diferentes, adicionales o complementarios, para satisfacer
sus N.E.E., por lo que es necesario que se les proporcionen. Ahora bien al
proporcionarles tales recursos no será de manera substitutiva de la atención
educativa que, como otros niños la requieren (Gutiérrez, 2002).
MODELO
ASISTENCIAL
Esta concepción
provocaba que básicamente se les considerara seres dependientes, que se tenían
que cuidar, ya que requerían de apoyo permanente. La atención de estos sujetos
se daba en casas-habitación que se adaptaban para tal fin, siendo regularmente
atendida por grupos religiosos o personas altruistas.
En estos lugares la
atención era brindada por personas voluntarias, que regularmente no tenían una
formación especializada en este campo, pero sus carencias al respecto las
cubrían con mucha paciencia y disposición para el trabajo con estos niños y
jóvenes.
El objetivo central
era ofrecer a los alumnos los medios necesarios para que pudieran subsistir y
ser autónomos, por lo que la mayoría de las veces el trabajo estaba orientado a
la realización de actividades domésticas básicas y a una incipiente y limitada
capacitación laboral. La atención normalmente estaba impregnada de afectividad
y tenía toda la intención de crearles ambientes normales restringidos a la
institución.
En
este tipo de atención básicamente no existía un proceso de diagnóstico, y la
aceptación de los alumnos se centraba en la evidencia visual, lo que hacía que
solamente aquellas personas con problemas notorios recibieran la atención
(Gutiérrez, 2002).
Desde principios del
siglo XX hasta la década de los setentas dominó una concepción organicista y
psicométrica de las discapacidades sustentada en el modelo médico-terapéutico.
Se consideraba que todas las discapacidades tenían origen en una disfunción
orgánica producida al comienzo del desarrollo.
Se desarrollaron
pruebas e instrumentos de evaluación y una atención especializada que implicaba
un tratamiento distinto y separado para cada paciente; como fueron, las pruebas
psicométricas que permitieron la clasificación de la inteligencia y con ello la
posibilidad de ofrecer una respuesta educativa diferenciada por el grado de
deficiencia.
En el modelo
médico-terapéutico el concepto de “Normalidad” en el aprendizaje estaba
relacionado con la capacidad intelectual, que sólo podía medirse con
instrumentos para evaluar la inteligencia, como los test psicométricos de
Alfred Binet y Théodore Simón.
Las escuelas comunes
buscaron su homogeneidad en los grupos y las escuelas especiales también se
organizaron de acuerdo con el tipo de discapacidad, se elaboraron materiales
didácticos especiales y se conformaron equipos de docentes especialistas según
el trastorno.
La concepción de
discapacidad y el modelo médico que sirvió de sustento a la creación de
escuelas de educación especial fueron cuestionados porque el diagnóstico
identificaba a la discapacidad como enfermedad a veces incurable, y porque una
escolarización separada de la escuela regular era un hecho segregación. (Gutiérrez, 2002).
PSICOMÉTRICA:Medición de las capacidades psíquicas recibe el nombre psicométria. Trata de la disciplina que atribuye valores (cifras) a condiciones y fenómenos psicológicos para que, de este modo, resulte posible la comparación de las características psíquicas de distintas personas y se pueda trabajar con información objetiva.
MINUSVALIDEZ:Discapacidad, limitación de la capacidad de actuación de una persona a causa de una deficiencia física o psíquica.